Otra vez levantándome por sus gritos.
Estoy "dormida" y escucho.
No me muevo, no emito sonido alguno.
Sólo escucho.
Discuten, gritan, todo por un estúpido y absurdo celular.
Pero claro.. ¿cómo no?
Ella es irresponsable, manipuladora, maltratadora y no entendía que lo que estaba haciendo, no le hacía bien a ninguna.
De alguna manera se lo tenía que sacar.
Yo sigo escuchando. Abro un poco los ojos y en unos segundos alguien prende la luz.
Los cierro.
Siguen discutiendo.
No las aguanto más.
Quiero desaparecer.
Por lo menos por un tiempo, hasta que la pelea termine.
Salen del cuarto y dejan la luz prendida.
La apago e intento volver a dormir.
Pero no lo logro.
Porque lo que escucho no me gusta.
Están en el pasillo (lo sé por el eco que generan sus voces).
Están peleando.
Pero esta vez, además de ser verbal, es físico.
Oigo sus respiraciones agitadas y el volumen de la voz va aumentando.
Ella entra al cuarto y prende la luz.
Abre y cierra cajones.
Se está cambiando.
Sale del cuarto y deja la luz prendida nuevamente.
Me llama mi mamá pidiéndome ayuda.
Voy hasta donde se encuentran.
Mi hermana se niega a darle la cartera a mi mamá (la cual tiene todas sus cosas, incluyendo las llaves de casa).
Se mueven de un costado a otro.
Mamá intentando agarrar su cartera y mi hermana bloqueándola para que no la consiga.
Me siento en el sillón porque no hay contacto físico.
Así que decido observar.
Siguen discutiendo.
Y me nombra, pero no exactamente con un nombre, sino con un insulto, pero no le digo nada.
Me quedo mirando un punto fijo.
Voy al cuarto porque ya no hay nada que hacer.
Apago la luz y entro a la cama (sabiendo que no voy a poder dormir).
Mi hermana entra al cuarto y pone brutalmente su mochila en mis pies.
¿Qué le hice yo? Toda su vida defendiéndola, ayudándola, ocultando cosas por ella.
Ya sé que poner la mochila de ese modo no es algo grave, pero eso fue la gota que rebalsó el vaso.
No le hice nada ¿Por qué tiene que hacer eso?
Decido patearla.
Sé que ella va a hacer algo así que pongo el brazo y logro parar su golpe.
La empujo y empezamos a pelear.
Nos tiramos del pelo, nos pegamos.
Cuando ella se está "recuperando", le saco las llaves y se las devuelvo a mamá.
Nos agarramos otra vez.
Vuelven los golpes, las tironeadas de pelo, los insultos y los rasguños.
Pero la pelea dura poco, ya que la dejo en el piso y vuelvo a la cama.
Antes de irse, me tira un frasco de vidrio. Pero no lo tira con la fuerza necesaria como para lastimarme.
Cuando sale, suspiro y largo una risita.
Hace mucho tiempo deseaba hacer eso: enfrentarme con ella.
Mi cuerpo está lleno de adrenalina.
Sé que no va a volver.
Me paro, apago la luz (perdiendo la cuenta de cuantas veces lo hice) y vuelvo a la cama.
Agarro el celular y pongo música para poder dormir.
Me tapo con la sábana y me acomodo la almohada.
Al apoyar la cabeza, sonrío.
Cierro los ojos. Pero los abro.
Porque se me hace imposible dormir.
Así que acá estoy. Escribiendo.
Con la tele prendida y la luz apagada.
Supongo que en algún momento me dormiré.
Al menos que pase otra cosa.
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