El Circulo Inexpugnable
Siendo arrastrado, tomado de los brazos por dos personas que lo movían sobre el piso sin ninguna piedad, con la sensación de asfixia, la visión completamente nula y con la mínima fuerza de un hombre que había sido golpeado. El ingeniero no tenia la menor idea de donde se encontraba ni porqué; lo único que destacaba del lugar era el repugnante olor y el gran barullo de muchos hombres quejándose y gritándole a él o a los hombres que lo transportaban. Al terminar el recorrido y frenarse, le sacaron bruscamente de la cabeza la bolsa de tela que lo tenia ahogado y sus ojos se entrecerraron, negándole la entrada a la nueva luz tan brillante que golpeaba su cara fuertemente. Mientras intentaba razonar donde se encontraba un fuerte dolor en la espalda lo impulsó hacia adelante y el sonido de una reja deslizándose lo dejó encerrado en este espacio reducido cubierto por paredes blancas y vacías.
Ya con noción de si mismo dedujo que se encontraba en una cárcel con las paredes desgastadas, los barrotes de la reja oxidados, el piso frío y una luz enceguecedora que provenía de una ventana, justo enfrente de su ubicación y con barrotes mas finos de apariencia débil. Pasaron varios días y las pocas personas con las que tenia contacto no le daban explicación de en que cárcel se encontraba, ni cuanto tiempo estaría o cual era su condena. La desesperación y la claustrofobia que provocaba ese lugar no lo llevaron a otra mejor idea que la de escaparse de ese horrible sitio sea como sea.
Todo estaba en su cabeza, tenia todos los datos necesarios para huir sin ser detectado de ninguna manera. En un principio era sencillo pasar los barrotes que lo contenían dentro de su celda pero le temía a estos guardias que parecía que no sacaban los ojos de encima y lo vigilaban mas tiempo que a los demás. Con sus extraños uniformes y armamento caminaban por los pasillos controlando que todos los prisioneros mantuvieran la calma. Estos hombres le llamaban la atención a cualquier recluso en un tono fuerte y en un idioma imposible de entender o reconocer. Solo había un momento en que estos estrictos hombres los perdían de vista y era en el cambio de turno a las doce del mediodía. A esa hora el ingeniero decidió que ejecutaría su plan.
Al día siguiente el ingeniero miraba atentamente esperando a que llegara el momento. En un instante el hombre armado da la vuelta y se dirige hacia la puerta dejando el pasillo libre y su oportunidad de escaparse. El ingeniero comenzó a destornillar algunas bisagras y golpear en lugares donde el barrote era completamente frágil. Logró abrir su celda y una fuerte alarma lo ensordeció pero no lo detuvo. Comenzó a correr hacia la ventana y esta blanca luz lo enceguecía nuevamente pero bastó con taparse para continuar su camino. Estaba por llegar pero un disparo en su pierna lo hizo caer y su cabeza golpeó fuertemente contra la pared dejándolo inconsciente sobre el suelo. Siendo arrastrado, tomado de los brazos por dos personas que lo movían sobre el piso sin ninguna piedad, con la sensación de asfixia, la visión completamente nula y con la mínima fuerza de un hombre que había sido golpeado. El ingeniero no tenia la menor idea de donde se encontraba ni porqué...
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