jueves, 14 de abril de 2016

Mestizaje - Lucas Cambón

                                                       MI VERDADERO YO
Nacido de una violación, hijo de la tortura a una humana, invadida hasta lo mas profundo por un orco, un ser maligno, tan vil como un demonio y tan feroz como una bestia salvaje.

Todo comenzó una noche fría y oscura donde dominaba la tranquilidad en un asentamiento humano, o eso parecía, hasta que fueron sorprendidos por un ataque de aquellos seres abominables de color verde, musculosos, de dos metros de altura llamados orcos, sin previo aviso y liderados por Gelfrash Greataxe que hacia denotar su temible apariencia mancharon la fría y seca tierra con la cálida y roja sangre de los hombres del pueblo, una vez muertos tomaron a las mujeres como esclavas para su satisfacción.

Habiendo regresado macharon totalmente el orgullo y la pureza de las mujeres desnudandolas a la fuerza y tomandolas como si fueran suyas, exceptuando a la sacerdotisa que fue reservada para Gelfrash ya que era la mas bella, la cual fue violada brutalmente por este, engendrandome a mi, Davor, un semi-orco fruto de aquel abuso.

Teniendo las cualidades físicas de mi padre, me crié como guerrero siendo discriminado por los orcos puros y al cumplir la mayoría de edad fui expulsado de la tribu no sin antes acabar con la vida del mejor guerrero de mi padre. Al salir descubrí que no solo era discriminado por orcos, sino que el resto de las razas (humanos, mediano, enanos, elfos, etc.), me marginan por miedo y horror que les causa mi apariencia, me evaden pensando que yo les haría algo malo, he vivido hasta ahora luchando y trabajando para aquellos mas débiles aunque sin ganarme la aceptación de nadie, solo un paladín llamado Ziro confió en mi dándome el apoyo que necesite. Conseguí luchar contra la discriminación en conjunto con Ziro, en una incursión halle a mi padre atacando otro pueblo, evite ese ataque capturandolo, logrando su recapacitación y uniendo la tribu orca a mi causa para frenar el odio y la esclavitud hacia aquellos  que no lo merecen, por fin en mi vida me sentí satisfecho de mis acciones y orgulloso de quien soy.

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