lunes, 21 de noviembre de 2016

Valentina Antuñano



Que pretende usted de mi?
bajo presión no puedo escribir menos sonreír! no señor, no permita esto por favor! es maltrato a la creación denigración a la inspiración se vuelve un tramite y pierde coraje no mates mi estandarte. Cuando el tic tac manda mi arte sangra chorrea gotas y no de sudor, sino de irritación me vuelvo una antena en este asfalto que quema con este pretencioso esquema que me aterra. Sangro por dentro cada vez que pasa esto es un tiro en el medio de mi pecho. No se si es una pesadilla o una ilusión porque no tiene motivo esta situación que desesperación! en un terremoto estoy. Macabra consigna asesina de todo lo que le llegue a pasar cerca asesina de todo a su alrededor. ella! la mas buscada. Ya pagara por la terrible macana que causa y no solo a mi sino a todo el país (a mi ya hace rato me desintegró) no se si es una burla o qué, pero esto nadie se lo puede tomar para bien. Si no me cree póngase en mi lugar, así descubrirá la verdad, sentirá esa bala adentro suyo, con la que ni un paso podrá dar, su peso se convertirá en su condena mortal. (sin saber es muy fácil hablar) Me tendré que ir de este planeta o de mi cuidad pero yo ya esto no lo puedo soportar. Esto es una rata podrida mas que una consigna digna se creía que me iba a comer su consigna así de fácil no, conmigo no, no me como ni un churrasquito ni un huevo frito ¡ojo! (aunque este muy rico) (bien frito) (aunque se le salga el juguito) eso es pura apariencia porque después ay querida! bien que te agarra cagadera. Hay que mirar mas que con solo los ojos para mirar bien. Y bueno como decia bajo presión no puedo escribir menos sonreír! -- Oh Amadio amamante su nido, cuídelo del frió, no se deje llevar por las corrientes turbulentas que se lo quieren arrebatar. --

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1 comentario:

  1. ¡Oh, Valentina! ingeniosa e irreverente, entrás dando volteretas y las palabras saltan y gritan dueñas de la escena; muestran y esconden, aúllan y se alejan para acercarnos un poquito ahora que nos vamos yendo.
    Volvés a sorprenderme, con esta otra botella que tirás al mar y, por suerte, hay un fuego que no se apaga. Espero que nunca te quedes sin fósforos.
    Hay momentos en que la escritura alcanza una contundencia clara y un decir personal, sin concesiones; momentos que contrastan con otros menos logrados, porque el discurso cae en intensidad y se torna previsible en el modo de decir. Quizás, ahora que están acá entre tus manos, te den ganas de dedicarles un poquito más de tiempo y des paso a la reescritura, para que lo bueno resulte excelente.
    Gracias por tu desobediente creatividad y por esta yapa que compartís a pesar de que mi insistencia te olía a rata podrida.
    NOTA: 7

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