Personalmente soy una amante de
la lectura y el cine, de la misma forma que me gusta pasar el tiempo leyendo un
buen libro, disfruto ver todo tipo de películas. Aunque la adaptación de “El
Lector” a la pantalla grande me haya gustado y creo que es una buena
transposición, sigo prefiriendo la novela. ¿Qué puedo decir? mis expectativas
son altas con respecto a los cambios que el director debe hacer para poder
transmitir la historia. Siempre tengo la mala suerte que las escenas que más me
gustan, me resultan interesantes o importantes, son cortadas o eliminadas de
los guiones. Pero este caso es diferente, no puedo negar que el producto es muy
fiel a su origen, y además, encontré detalles agregados que vuelven más atractiva
la historia. Sin embargo continuó eligiendo el libro antes que la película
porque sigo extrañando partes de él que, para mí, creaban otra atmósfera, como
por ejemplo, en uno de los últimos capítulos del libro, un momento doloroso,
triste, tenso, pero a la vez reflexivo, se pierde en la película, cambian el
ambiente por uno más sencillo y pasan directamente al próximo cuadro.
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