No pude subirlo el viernes porque era muy corto el cuento, aunque lo sigue siendo, pude agregar mas cosas, perdon por el retraso.
La cabeza
-Contame
una historia de terror, pero que te haya pasado a vos.- Sus labios pronunciaron
las palabras mágicas. Todos saben que mi historia de terror siempre es la
mejor, que cuento los mas mínimos detalles, que ambiento bien en el espacio,
que armo una atmosfera como ningún otro. Y este es mi momento. Con ocho años
sabía que después de esto no iba a poder dormir, pero ella pidió mi mejor
cuento, de terror y realista a la vez, y después de cinco insistentes minutos,
como el buen padre que soy, accedí.
- pero no
me vas a creer, y si me crees no te vas a poder dormir, aparte estoy cansado y
mamá también.
- si que
te voy a creer y no voy a tener miedo, ya soy grande.
-Esta
bien, pero quiero que cuando te lo cuente no me interrumpas, empieza así:
La historia que te estoy por contar empieza hace treinta años, cuando tenía
dieciséis, vos sabes que del pueblo microscópico que vengo nunca pasaba nada,
todo era aburrido y lo único que circulaban eran los mitos típicos de un pueblo.
Aunque se conocía de una viuda asesina que caminaba por el cementerio o un monstruo
peludo que espera que te duermas para comerte mientras dormís, el que mas miedo
daba era el mas improbable de todos, sobre un hombre sin cabeza.
Estaba andando por la ruta con mi moto, los faroles alumbraban todo,
cada cuervo que se cruzaba por el camino, todos los bichos que se atravesaban,
una figura encapuchada caminando en mi misma dirección. Le toque bocina, se
volteó y paró. Pregunté si quería que lo lleve, dejó una bolsa en el canasto de
la moto y subió. En todo el camino no soltó palabra alguna y al llegar al
pueblo ni dio las gracias, bajó y se fue. Hice un par de cuadras cuando me di
cuenta que se había olvidado la bolsa, volví a toda velocidad pero no estaba,
así que la abrí yo. Adivina que había ahí.
-no se ¿qué había?
-una cabeza.
- no te creo, ¿como puede ser que siga vivo sin cabeza?
-¿ves? Te dije que no me ibas a creer. Nadie me cree nunca.
Apagué la luz y me fui a mi pieza. En el camino dudé si fue buena idea contarle tal historia, pero como no me creyó estaba todo bien. me acosté en la cama luego de dejar la cabeza sobre la mesita de luz. Es difícil dormir viéndote a vos mismo.
Lucila: la sensación que deja tu cuento dista mucho de la sorpresa que debería causar el dato del final, ya que resulta absolutamente inverosímil; no me refiero a que se quite la cabeza, sino a cómo se relaciona esta habilidad con el relato de la noche en que iba en moto. ¿Qué relación hay entre ambas situaciones? ¿Cuál es la lógica que las une y prepara al lector para asumir con naturalidad un hecho sobrenatural? ¿Por qué llama realista a una historia que no lo es; quisiste decir real? Además, si deja la cabeza sobre la mesa de luz, ¿por qué "es difícil dormir viéndote a vos mismo": incomprensible.
ResponderEliminarRever uso de mayúsculas, repeticiones, tiempos verbales, uso estético del lenguaje.
Nota: 6